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miércoles, 12 de mayo de 2010

CEREZO (PRUNUS SPP.)





Pertenece a la familia de las rosáceas y está difundido por todas las regiones templadas-frías del hemisferio Norte. Los frutos de la mayor parte de las especies son apreciados por gran número de animales y pájaros que lo usan como alimento. El hombre también lo ha sometido a cultivo, dando lugar a variedades más productivas y de mejor calidad que las silvestres.
Las cerezas cultivadas proceden de las regiones del mar Caspio y mar Negro. La especie que ha dado origen a la mayor parte de las variedades comerciales es el Prunus cerasus, de fruto claro, carne algo ácida y consistencia bastante dura. Por esto ofrece mejores condiciones de conservación que los otros tipos.
Para obtener una plantación de cerezos, pueden injertarse las variedades comerciales sobre portainjertos o pies madres, previamente plantados del mismo Prunus cerasus; pero lo corriente es utilizar para este fin alguna de las especies naturales como el Prunus avium, corriente en los bosques de gran parte de Europa, frutos de color más oscuro y carne dulce y blanda. Este portainjerto se utiliza en los suelos profundos y silíceos, ya que sus raíces son también potentes y profundas. En cambio, si se dispone de terrenos calcáreos con una capa de suelo no muy espesa, se acostumbra injertar sobre pies de Prunus mahaleb, pues este árbol tiene las raíces extensas y superficiales. Se distingue de las restantes especies citadas porque sus frutos son mucho más pequeños y de color negro.
Existen otras muchas especies y variedades de cerezo cultivadas para adorno en los jardines, la mayoría de ellas proceden del Lejano Oriente.
Si bien este árbol se cultiva principalmente para aprovechar su fruto, la madera de su tronco es también muy apreciada por su dureza y belleza.

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